El test de disfagia es una prueba que sirve para determinar si una persona sufre disfagia o no. La disfagia es la dificultad para tragar y conlleva problemas de deglución. Este trastorno puede producirse a nivel esofágico, con la sensación de que los alimentos se quedan atascados en el pecho, o bien a nivel orofaríngeo, con una interrupción del bolo alimenticio desde la boca hasta el esófago.

Test de disfagia: ¿qué síntomas o indicios pueden determinarla?

Aunque se puede experimentar a cualquier edad, es en la edad avanzada cuando más tiende a presentarse. Sus principales síntomas son dolor al tragar, imposibilidad de hacerlo, sensación de atascamiento, tos, vómitos, flemas, babeo, ronquera, regurgitación, acidez y arcadas.

En los casos de disfagia orofaríngea, además, las broncoaspiraciones podrían comprometer el aparato respiratorio. Una broncoaspiración tiene lugar cuando un resto sólido o líquido de alimento pasa a las vías respiratorias. Esto ocasionaría, igualmente, infecciones y neumopatías.

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Test de disfagia: causas y tipologías

Disfagia esofágica

  • Anillo de Schatzki: constituye un estrechamiento del área inferior del esófago. Se puede tratar con antiácidos y, en casos graves, se procede al ensanche esofágico mediante dilatación neumática o rotura del anillo.

  • Acalasia: se produce cuando el esfínter no se relaja adecuadamente, lo que da lugar a que los alimentos regresen a la garganta.

  • Espasmo difuso: origina fuertes contracciones en el esófago, de modo que se empuja de nuevo el alimento hacia arriba.

  • Constricción o tumores: en este caso, la estrechez del esófago se debe a la existencia de tumores o tejido cicatricial, provocados por reflujo.

  • Cuerpos extraños: suele ocurrir con personas mayores con dentaduras postizas que, al no masticar correctamente, quede atascado algún trozo en el esófago.

  • Esofagitis: normalmente se asocia con alergias alimentarias no detectadas, como al gluten o la leche.

  • Radioterapia y quimioterapia: estos tratamientos pueden dañar, a la larga, el esófago.

Disfagia orofaríngea

  • Trastornos neurológicos: se suele producir en casos avanzados de Parkinson o Alzheimer, o bien con  esclerosis múltiple.

  • Daños neurológicos: también puede originarse a partir de un accidente craneoencefálico, cerebrovascular o de la médula espinal.

  • Cáncer: no solo la enfermedad, sino también los tratamientos, causan dificultad para tragar.

  • Divertículos de Zenker: se trata de unas bolsas pequeñas que se crean en la garganta, por encima del esófago, lo que provoca toses, gorjeos o mal aliento.

Pruebas para detectar la disfagia

Test de disfagia

El método de exploración clínica volumen-viscosidad (MECV-V) consiste en la administración de bolos alimenticios de 5 a 20 mililitros con viscosidad, tipo néctar, agua y pudin. Por supuesto, se realiza con el paciente sedado.

Se empieza con una cantidad baja para ir subiendo progresivamente, comenzando por el tipo néctar y terminando por el líquido. A medida que el bolo pasa, se estudian todos los signos de alteración (tos, saturación de oxígeno y afonía) y de eficacia (residuos y deglución).

Test del aliento

Debido a que el reflujo esofágico, que ocasiona la disfagia, puede estar asociado a la existencia de la bacteria Helicobater pylori en el organismo, también resulta conveniente un test del aliento.

Se trata de una prueba completamente indolora, para la cual se necesita estar en ayunas diez horas antes, no fumar durante otras ocho, no tomar antibióticos durante un mes antes y no ingerir inhibidores de bomba de protones (omeprazol o lansoprazol).

Basta con soplar dentro de una bolsa dos veces. La primera se realiza directamente en forma basal y la segunda, pasados unos 20 minutos, tras tragar una pastilla de sustrato.

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Endoscopia

Consiste en la introducción de una cámara por la boca, con el fin de examinar el estado del esófago. El paciente ha de estar seis horas en ayunas. Se suele realizar con sedación, a no ser que el individuo presente problemas con la anestesia.

El paciente se coloca sobre su lado izquierdo, con las piernas ligeramente flexionadas. Se trata también de una prueba completamente indolora. De este modo, se suele averiguar la causa de la acidez y de la disfagia, como pueden ser tumores, anillos o hernias, así como úlceras o inflamaciones.

Tratamiento de la disfagia

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Una vez descubierta la causa de la disfagia, se elegirá un método de tratamiento u otro. Es en este escenario que T.Aliment puede serle de gran ayuda. Nuestra experiencia en el ámbito de la alimentación adaptada nos convierte en el perfecto aliado para garantizar que las personas con disfagia no renuncian a una alimentación variada, nutritiva y de la máxima calidad.

Aparte de contar con unos alimentos debidamente preparados, también se recomienda aplicar una serie de consejos a la hora de ingerir alimentos. Se pueden enseñar técnicas de deglución, con los cuales aprender cómo colocar la comida en la boca y cómo posicionar la cabeza y el cuello durante este proceso.

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